obvio, via
Del lat. obvius.
1. adj. Que se encuentra o pone delante de los ojos.
2. adj. Muy claro o que no tiene dificultad.
evidente
Del lat. evĭdens, -entis.
1. adj. Cierto, claro, patente y sin la menor duda.
2. adv. U. como expresión de asentimiento o confirmación. —Te parece injusto, claro. Evidente.
Del lat. evĭdens, -entis.
1. adj. Cierto, claro, patente y sin la menor duda.
2. adv. U. como expresión de asentimiento o confirmación. —Te parece injusto, claro. Evidente.
Era blanca. No negra, tampoco obscura. Blanca.
Empero la turba disiente. Algunos gritan ¡es pálida! pero no blanca. Otros se atreven escupiendo maldiciones ¡Es gris claro… gris, pinche puto, parásito, mantenido… sí, tú, pocos huevos, fascista y ciego inmundo!
Al fondo, los más cautos racionalizan el supuesto ardid con «cientifismos mágicos»: El blanco, lo blanco, no existe, sólo la luz puede arrojar un blanco casi puro.
Uno de lentes, muy sosegado, remata con solemnidad displicente: El blanco es un color acromático, de claridad máxima y oscuridad nula. Perceptualmente es luz intensa constituida por todas las longitudes de onda del espectro visible.
Exacto. ¡Es blanca! digo con serenidad y nuevamente se encienden, dan manotazos, gritan y hierven.
No es un dilema, un concurso o una justa por la razón.
No había duda. Aquella declaración era blanca. Todos (ella, ellos y yo) lo sabíamos pero la colorida obscuridad «sic» de la ira, la mentira, la soberbia, el engaño y el descaro nubló activamente sus conciencias y en la penumbra, irónicamente, brillaba aún más.
Acabaron conmigo en segundos. Mi franqueza hecha jirones. Muerta. A su lado ella permanecía inerte. La honestidad es hermana de la valentía. La verdad es blanca y tiene una hermana gemela.
Empero la turba disiente. Algunos gritan ¡es pálida! pero no blanca. Otros se atreven escupiendo maldiciones ¡Es gris claro… gris, pinche puto, parásito, mantenido… sí, tú, pocos huevos, fascista y ciego inmundo!
Al fondo, los más cautos racionalizan el supuesto ardid con «cientifismos mágicos»: El blanco, lo blanco, no existe, sólo la luz puede arrojar un blanco casi puro.
Uno de lentes, muy sosegado, remata con solemnidad displicente: El blanco es un color acromático, de claridad máxima y oscuridad nula. Perceptualmente es luz intensa constituida por todas las longitudes de onda del espectro visible.
Exacto. ¡Es blanca! digo con serenidad y nuevamente se encienden, dan manotazos, gritan y hierven.
No es un dilema, un concurso o una justa por la razón.
No había duda. Aquella declaración era blanca. Todos (ella, ellos y yo) lo sabíamos pero la colorida obscuridad «sic» de la ira, la mentira, la soberbia, el engaño y el descaro nubló activamente sus conciencias y en la penumbra, irónicamente, brillaba aún más.
Acabaron conmigo en segundos. Mi franqueza hecha jirones. Muerta. A su lado ella permanecía inerte. La honestidad es hermana de la valentía. La verdad es blanca y tiene una hermana gemela.
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