miércoles, 12 de febrero de 2014

Siesta

“Japonesito... No me puedes hacer esto”. 
José Emilio Pacheco.

El vetusto escritor suplica al cuerpo de la computadora: Japonesito... No me puedes hacer esto”. Al instante 18 hojas emergen de las entrañas de la impresora. La conferencia magistral ha sido liberada.

La diferencia horaria entre México y Japón es culpable. El oriental diminuto había tomado una siesta.

Otro circo.

Pantalones ajustados con lentejuela. Camisa de seda negra, holgada y abierta hasta la cintura. Cabizbajo, avanza con la maleta en la derecha y el látigo en la izquierda.
No se escuchan aplausos, tampoco el barritar de los cautivos.
Hoy, el domador se ha quedado sin empleo.