Pantalones ajustados con lentejuela. Camisa de seda negra, holgada y abierta hasta la cintura. Cabizbajo, avanza con la maleta en la derecha y el látigo en la izquierda.
No se escuchan aplausos, tampoco el barritar de los cautivos.
Hoy, el domador se ha quedado sin empleo.
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