sábado, 9 de agosto de 2014

Golpe mortal

Justo antes de aterrizar, el golpe mortal y sanguinario acaba con uno de ellos. Una explosión aparatosa se observa. Sólo quedan algunos restos. El combate inicia. 
Enfurecido, un escuadrón ataca sin clemencia. Tienen sed de venganza. Quieren sangre. Decenas sobrevuelan por todos los flancos. No hay defensa capaz de contenerlos. 
En esta guerra contra los mosquitos, ya he perdido la batalla. 


martes, 5 de agosto de 2014

No acreditado

Alex era un buen hombre. Tan bueno que nunca pudo aprobar el examen. Después del curso podía superar la parte teórica a la perfección. Sin embargo, una y otra vez, casi sistemáticamente sucumbía a los ejercicios prácticos. “No acreditado” se leía sobre su reporte. 
Lo dicho, tenía un buen corazón y a pesar de las horas interminables de capacitación, el empleo abominable y simple que tanto deseaba (aquel que sólo exige jalar una palanca, presionar un botón o bajar un switch) nunca sería para él. 

viernes, 1 de agosto de 2014

Milagro

No desiste. No claudica ni renuncia. A pesar de los pronósticos (nada favorables) continúa tan ligero y obeso como el primer día. 
Después de 4 semanas, el globo con helio sigue ahí, aparcado en el techo de la casa.


lunes, 21 de julio de 2014

Salas

4 ataudes de metal corriente aparecen debajo del armario. Cajas repletas de recuerdos. Cartas obscenas. Boletos. Ligas de caucho. Monedas y lápices bicolor. Fotografías, notas y envolturas de nylon que se amontonan en el desorden del olvido. No es por mucho un tesoro ni un descubrimiento. Debajo de la tapa oxidada vive el miedo al tiempo perdido. De mi pasado sólo queda basura. No hay legado. Un museo con 4 salas a las que nadie quiere entrar. 


jueves, 10 de julio de 2014

Una infancia oscura

Un crío que olvida el arte de caminar y se orina sin remedio. Apenas habla y ya no tiene dientes. A cada minuto la vejez se nutre, crece y se fortalece. 


lunes, 16 de junio de 2014

Hisopo

Desde la ventana al oeste, la brisa tenue y seca recorre los pasillos. Una nube de polvo se levanta en el centro de la habitación, que ahora luce casi vacía.
Se ha ido y se ha llevado todo. No lo entiendo. Todo es confuso. 
Después de la limpieza, mi apreciada inteligencia parece haberme abandonado y creo que ha salido por el oído izquierdo. 

domingo, 25 de mayo de 2014

Cuestión de tiempo.

Extraviado, el reloj de mi padre se hunde lentamente en el lodo y la grama. Su dueño ya no está para rescatarlo. Camposanto y sepulcro en el jardín de la casa. Llegó su hora. El tiempo se devora al tiempo. 


Sollozo (Inundación)

Se escurre por la rendija y al contacto se desborda. Un recuerdo se cuela en el alma y el pecho pletórico, incapaz de contener la emoción, se colapsa. 

 

domingo, 18 de mayo de 2014

Primero.

Una punzada en el vientre me obliga a salir de la cama. Dando tumbos llego hasta la puerta, tuerzo el picaporte y ya estoy detrás del umbral. Alguien grita del otro lado.
Un frío implacable recorre el pasillo y entre la penumbra lo descubro. La sombra inmóvil de un hombre gris me observa  penetrante. Lástima de fantasma y es que no tengo miedo. 
Sigo adelante hasta el retrete, ignorando la espectral imagen que me sigue acechando. Los gritos continúan. No tengo miedo, yo llegué primero. 

martes, 29 de abril de 2014

Ironía (Dolor de cabeza)

El cuerpo etéreo de la joven aún permanece ahí, tumbado en la camilla. La madre llora inconsolable a su lado, mientras el padre se enjuaga el sudor del rostro aún desencajado. “Inconsciente pero fuera de peligro” determinan los médicos. 
Qué ironía, su fallido intento de suicido con un frasco de aspirinas, sólo resultó en un intolerable dolor de cabeza para sus padres.

lunes, 14 de abril de 2014

Decoro (Luna roja)

Ante los ojos de los hombres, la luna desnuda se sonroja y al instante, la tormenta cubre su cuerpo con un manto de nubes. En el compendio de fenómenos estelares no hay lugar para la falta de decoro. 



miércoles, 12 de febrero de 2014

Siesta

“Japonesito... No me puedes hacer esto”. 
José Emilio Pacheco.

El vetusto escritor suplica al cuerpo de la computadora: Japonesito... No me puedes hacer esto”. Al instante 18 hojas emergen de las entrañas de la impresora. La conferencia magistral ha sido liberada.

La diferencia horaria entre México y Japón es culpable. El oriental diminuto había tomado una siesta.

Otro circo.

Pantalones ajustados con lentejuela. Camisa de seda negra, holgada y abierta hasta la cintura. Cabizbajo, avanza con la maleta en la derecha y el látigo en la izquierda.
No se escuchan aplausos, tampoco el barritar de los cautivos.
Hoy, el domador se ha quedado sin empleo.