lunes, 21 de julio de 2014
Salas
4 ataudes de metal corriente aparecen debajo del armario. Cajas repletas de recuerdos. Cartas obscenas. Boletos. Ligas de caucho. Monedas y lápices bicolor. Fotografías, notas y envolturas de nylon que se amontonan en el desorden del olvido. No es por mucho un tesoro ni un descubrimiento. Debajo de la tapa oxidada vive el miedo al tiempo perdido. De mi pasado sólo queda basura. No hay legado. Un museo con 4 salas a las que nadie quiere entrar.
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