lunes, 24 de diciembre de 2012

Cincinnati


Amy McDonaugh se acerca al final del Maratón de Cincinnati. Corre a toda velocidad y se encuentra a la cabeza, pero ella no lo sabe. Cruza la meta y gana el primer lugar. Amy permanece desconcertada. Levanta la cabeza y pregunta ¿Qué pasó? ¡Ganaste, Ganaste! Le gritan. Amy sonríe y empieza a llorar. Luego de 25 años de ser ciega, Amy le vuelve a ganar a la vida.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Nada

2 sapos, 1 pizca de pelo de mono y 8 lágrimas de serpiente. El caldero hierve mientras la Bruja espera a la luna para emitir el conjuro ¡Ya! Sólo 3 gotas son necesarias. Recita el hechizo y una a una las deja caer en su rostro ¡Puff, Puff, Puff! Se escucha y entonces... ¡Nada! ¡Absolutamente nada! Desconsolada, tendrá que salir a escondidas, encogiendo los hombros, como cada mañana directo al Salón de Belleza.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Chema

Don Chema golpea con fuerza el tronco mientras sonríe de satisfacción. El puesto está repleto de gente que admira el sabor de la especialidad de la casa: los tacos de carnitas. Feliz, el robusto hombre pica cebolla, nana, cuero y maciza. 4 de oreja por un lado, 6 de surtida por el otro y 10 campechanos con 2 cocas light aquí mero. Chema se enjuaga el sudor con las manos y sigue preparando alimentos. Después se rasca la ingle, se saca el calzón y, para rematar, se acomoda su sudorosa “hombría” mientras sigue cocinando. Los pedidos no cesan. La audiencia come fascinada. No saben que la sazón de la carne proviene de otro tipo de cerdo y sólo Don Chema “tiene” la receta secreta.Archivo:Taqueria Ciudad de México.JPG

domingo, 11 de noviembre de 2012

Amenaza

El altoparlante resuena alarmante ¡Señorita Nancy Velázquez! ¡Señorita Nancy Velázquez! Esta fue su última “oportunidad” para abordar el vuelo 611 de Aeromar a Lázaro Cárdenas por la puerta 75. Al fondo de la sala, una mujer corre hasta el umbral de la puerta pero ya nada puede hacer. El vuelo se ha ido. Pobre Nancy, la amenaza era cierta y su “oportunidad” se le ha ido volando.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Ha muerto

Es noche de brujas y el auto se queda a media calle. El cofre abierto. No hay humo pero igual no avanza. Afuera, el padre (visiblemente molesto) se asoma al motor, esperando alguna señal que permita resolver el desperfecto. Adentro, el hijo (de sólo 6 años y disfrazado de fantasma) estira la pierna mientras gira la llave cuando su padre le grita ¡Ya! No arranca pero no importa, la escena es perfecta, el auto se ha muerto y ni los vivos ni los difuntos podrán revivirlo, al menos por esta noche.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Paliza

Al despertar siguen ahí, furiosos, observándome con los puños levantados. Una vez más me propinan la acostumbrada paliza matutina, mientras intento sosegar sus arrebatos. Como todos los días, los recuerdos me golpean sin piedad y yo, obstinado y estoico, continuo intentando reconciliarme con ellos.


sábado, 15 de septiembre de 2012

Tacos

Sin temor, una rana pequeñita salta hasta mi mano derecha. 3 minutos después la ranita se tambalea y muere en la palma de mi mano. No hay duda, esos tacos de pastor me van a hacer mucho daño.


miércoles, 11 de julio de 2012

Entre gritos y sombrerazos.

Sí, estoy a favor de la actual cultura del odio. Todo individuo (y por ende toda cultura) necesitan un momento de catarsis, una purga, un instante de liberación. Que quede claro, la conflagración no puede ser totalmente organizada, mucho menos inteligente o controlada. El odio en las redes sociales, en eventos y campañas es la más pura muestra de nuestra naturaleza animal y pretender luchar contra ella es absurdo. Para que la rueda avance necesita encontrarse con el piso. Ese momento de fricción violenta es el que estamos viviendo. Es francamente ingenuo esperar que una revolución, un cambio, se base únicamente en los hechos y las ideas y no en las descalificaciones, las intrigas y los enredos. La historia nos ha enseñado que no hay nada de honorable, inteligente o espiritual en una movilización verdadera. El intelecto nunca se sobrepone a la fuerza del cambio. Aunque no creo en la violencia, estoy a favor de esta cultura porque es un razgo inequívoco de que México está cambiando, de que dejamos de ser pasivos y amables para participar, actuar y enfrentar, a veces de la única manera disponible, a través del odio verbal ¿Consecuencias? Sí, la sombra de la violencia, del encuentro físico está rondado, pero qué podíamos esperar ante el desencanto de más 100 millones de personas. Prefiero aguardar al encono y la división que atestiguar la perpetuidad de la indiferencia y la insatisfacción. Miro con buenos ojos a aquellos que por fin levantan la voz, que violentos, desorganizados, poco propositivos y torpes se atreven a asumir un rol en el juego del cambio. No alabo sus métodos ni promuevo sus tácticas, pero las comprendo, las tolero y de alguna manera las defiendo. Las revoluciones las crean los intelectuales pero las pelean y ganan las mujeres y hombres comunes. Personas que como tú y yo, un día decidieron dejar de pensarlo, para marchar y odiar, para hacer de la hostilidad la materia primigenia de la transformación. Qué lástima que hayamos llegado a este punto, qué bueno que, arrastrados por la apatía, despertemos con violencia y coraje de la pesadilla. Adelante a quienes podamos contribuir con ideas. Buena fortuna a los que con torpeza se lanzan al ruedo para tomar al toro por los cuernos. La calma llegará a puerto, pero es inevitable que en el camino atestigüemos una gran tormenta. Sí, estoy a favor de la actual cultura del odio. Todo individuo (y por ende toda cultura) necesitan un momento de catarsis, una purga, un instante de liberación. Para que la rueda avance necesita encontrarse con el piso y hoy, México, inicia la marcha, parece que entre gritos y sombrerazos nuestra nación ha emprendido el camino.

sábado, 16 de junio de 2012

martes, 14 de febrero de 2012

Supermercado

Justo en la fila del supermercado puedo verlos. Se abrazan, se tocan. Su amor produce chispas y, queda claro, muy pronto arderá el deseo. Frente a la mirada incendiaria de los compradores, 2 niños “cerillos” se besan.

lunes, 9 de enero de 2012

Entre la Gente.

Mis piernas se caen a pedazos. La respiración se me ha ido. Es el kilómetro 40 y no puedo más. Justo cuando estoy a punto de detenerme la veo entre la gente. Es ella, no hay duda. Se acerca, me sonríe y con amor me toma del brazo. No me suelta, sigue a mi lado. Es ella, no hay duda. Una vez más, como tantas veces lo hizo cuando estaba aquí, mi mamá me lleva hasta la meta.