El cuerpo etéreo de la joven aún permanece ahí, tumbado en la camilla. La madre llora inconsolable a su lado, mientras el padre se enjuaga el sudor del rostro aún desencajado. “Inconsciente pero fuera de peligro” determinan los médicos.
Qué ironía, su fallido intento de suicido con un frasco de aspirinas, sólo resultó en un intolerable dolor de cabeza para sus padres.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario