viernes, 7 de junio de 2013

Houdini.

- ¡Nunca la dejará! - Piensa la afligida asistente mientras intercambia la llave maestra por una casi idéntica. 
El acto transcurre como tantas veces lo han practicado. Con la sonrisa fingida prueba la solidez de las cadenas, le venda los ojos y lo conduce hasta la cima del enorme tanque. Justo allí ocurre la magia. A escondidas le entrega la llave y, de forma casi imperceptible, lo besa en la mejilla. Él se lanza al agua. 
- ¡Nunca dejará a su esposa! - Repite en su mente. No más. Está cansada de trucos y en los próximos 4 minutos, ella lo hará desaparecer de la faz de la tierra. 


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