martes, 11 de octubre de 2016

Creer para si. Creer por creer.

El problema con el narcisista es que no cree que haga mal y si se da cuenta que ha hecho mal, no cree que aquello tenga importancia. “No es para tanto” afirma. El narcisista no cree que ha hecho demasiado daño.

Aquel narcisista que percibe que ha lastimado a alguien, cree que el dolor causado es circunstancial, o peor aún, está convencido que el otro merece el castigo y que es su derecho imponerlo.

El mundo gira gracias a él y todos deben brindarle obediencia, sumisión, agradecimiento y admiración. El narcisista está convencido que él es un regalo de Dios, perfecto, hermoso, encantador, inteligente, astuto, irreemplazable y seductor. Un regalo así, piensa el narcisista, tiene un precio muy alto y debes pagar por él.

El narcisista cree que es totalmente libre, omnipotente y autónomo. Lo puede todo y no tiene compromisos, obligaciones o responsabilidades con los otros. En su mente, él es libertad y poder absolutos.

El narcisista no admite errores que lo afecten. Es intolerante, reactivo, iracundo, colérico y vengativo. No perdona, colecciona resentimientos. El narcisista no busca paz, busca venganza.

Un narcisista siempre cree que tiene derecho a hacer lo que quiere, a lograr su cometido, incluso pasando por encima de los demás y de aquellos que dice querer.

Un narcisista sólo cree en si mismo. Cree para si. Cree por creer.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario