Para los investigadores está claro. Un infarto se llevó a Sanders a la tumba. Caso cerrado.
Las llamadas y las amenazas a la corporación por fin terminaron. De manera poco discreta (pero convincente) se han encargado del asunto.
A pesar de sus esfuerzos, el depuesto y obeso heredero ya no podrá revelar el secreto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario