lunes, 27 de junio de 2016

Desequilibrado (Once pisos abajo).

El suicida mira al vacío. Los dos pies en la cornisa. Las lágrimas caen. Once pisos abajo está su destino. Suspira.
Sin previo aviso, la sombra fugaz de un avión lo sorprende. Se detiene. Piensa, y al instante recapacita. Todo vuelve a tener sentido y de inmediato da la vuelta. La pierna derecha regresa. La izquierda, tanta veces fiel y confiable, lo traiciona.
El avión sigue su marcha y él, once pisos abajo encontrará su destino.


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