Los pequeños brazos abiertos. El estómago abultado viendo hacia el cielo. Un moño amarillo, deshilachado, en el cuello. Las piernas cruzadas. Ahí está, inmóvil.
Toda la escena es un drama. Justo en medio de la calle lo observo. Un oso de peluche ha muerto. Su dueño lo ha olvidado.