Amy McDonaugh se acerca al final del Maratón de Cincinnati. Corre a toda velocidad y se encuentra a la cabeza, pero ella no lo sabe. Cruza la meta y gana el primer lugar. Amy permanece desconcertada. Levanta la cabeza y pregunta ¿Qué pasó? ¡Ganaste, Ganaste! Le gritan. Amy sonríe y empieza a llorar. Luego de 25 años de ser ciega, Amy le vuelve a ganar a la vida.