La bebé observa fijamente el pecho izquierdo de su madre. De un solo se abalanza hacia el pezón. La mirada penetrante persiste, mientras succiona con fuerza ¡Listo! La enorme teta está bajó su poder.
La noche es una guerra continua. Enfrentamiento incesante entre vigilia y sueño. Aquí, el llanto es prertrecho en esta disputa de la que siempre resultará victoriosa. No temas, la mañana está cerca y con ella, 2 onzas de leche caliente.
¡Knock, Knock! Y la casa retumba de alegría pero nadie le abre. Impaciente, vuelve a intentarlo una y otra vez. ¡Knock, Knock! ¡Knock, Knock! Camila no sabe que las puertas de nuestro corazón ya están abiertas.